Poeta y basura

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“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Ígnea (microcuento)

Aquella noche en la que el cielo tenía cara de conejo, Ígnea, llama de la tercera hoguera del Bosque Esperpento, valsaba en el baile de la muestra de talentos. La desosegada brisa, resoplaba; los expectantes y vetustos robles, al acecho crujían; la oscuridad cernida sobre los fulgurantes danzarines hacía de esta velada un auténtico espectáculo al que chispas, centellas, amperios, rayitos e incluso intrépidas brasas, asistían. Todos juntos, formando corro, se deleitaban con los ondulados movimientos de Ígnea, cuya composición cromática amarillo-cian era causa de envidias ajenas. Ella sabía hacer crepitar a la madera como nadie, quemar con dulzura, reflejarse en obnubiladas pupilas y reavivar las ascuas de cualquier fogata moribunda. Y, de repente, cuando al son de la lumbre la llama dibujaba vaivenes imposibles, un goterón cayó impío sobre ella, apagándola, extinguiéndola; y sus restos, grisáceo humillo, se esparcieron sin voluntad por la lobreguez de las espesuras.

Más tarde, se supo que Candela, chiribita desertora, la había traicionado entregándola a las nubes.
Nítsuga Sotso Anibor - Ígnea (Microcuento 1)

6 comentarios:

  1. Recuerdo en mi época de fumador que alguien me pidió fuego utilizando las palabras lumbre y candela. Es una pena que ya no se utilicen,su potencia gráfica era mayor.
    Un saludo Agustin.

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  2. Estimado Steppenwolf,

    Gracias por aportar compartir tu anécdota, he utilizado la primera palabra para describir el son al que bailaba Ígnea. No sabía cómo describir adecuadamente su bailoteo.

    Un saludo

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  3. Ostia, que cuento tan curioso. Es de aquellos que te dejan una sonrisa. Yo ha he leído algunas cosas tuyas, voy por ahí buscándole una vuelta, un paralelismo con la realidad. Pero, mientras, disfruto de esta tremenda densidad léxica y de ritmos. ¡Ay Candela!.
    (Palabra de la canción Cubana...)
    PD: a ver si haces más de éstos. POr pedir...

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  4. Ostia, ¡qué buen recibimiento! Estoy de acuerdo con lo apuntado: después de leer y ver documentales de Borges sobre sus inquietudes existencialistas, sus pequeños cuentos los interpreto de forma totalmente distinta. Lo que para un cualquiera puede parecer una mera historieta, para otro puede tener un significado, origen y génesis muuucho más amplio.

    Lo he parido para una asignatura de una carrera nueva en la que me he metido. ¡Vendrán más!

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  5. Parece que estos días todos estamos escribiendo sobre el fuego, ¿porqué será?

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  6. Alguien o algo nos induce. Luces, ¡más luces!

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