Poeta y basura

a

“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

viernes, 25 de junio de 2010

El séptimo sello

Bicolor filme sueco de 1957 en el que el caballero sir Antonious Block mantiene una partida de ajedrez con la muerte. La recomiendo encarecidamente a toda persona que tenga un mínimo de inquietud existencialista. Diálogo maestro en el que nuestro caballero se confiesa ante un hombre con aspecto de clérigo que resulta ser la propia muerte disfrazada:
— Quiero confesarme y no sé qué decir. Mi corazón está vacío. El vacío es como un espejo delante de mi rostro. Me veo a mí mismo y, al contemplarlo, siento un profundo desprecio de mi ser. Por mi indiferencia hacia los hombres y las cosas me he alejado de la sociedad en que viví. Ahora habito un mundo de fantasmas. Prisionero de fantasías y ensueños.
— Y, a pesar de todo, no quieres morir.
— Sí, sí quiero.
— Entonces, ¿a qué esperas?
— Deseo saber qué hay después.
— Buscas garantías.
— Llámalo como quieras. ¿Por qué la cruel imposibilidad de alcanzar a Dios con nuestros sentidos? ¿Por qué se nos esconde en una oscura nebulosa de promesas que no hemos oído y milagros que no hemos visto? Si desconfiamos una y otra vez de nosotros mismos, ¿cómo vamos a fiarnos de los creyentes? ¿Qué va a ser de los que queremos creer y no podemos? ¿Por qué no logro matar a Dios en mí? ¿Por qué sigue habitando en mi ser? ¿Por qué me acompaña humilde y sufrido, a pesar de mis maldiciones que pretenden eliminarlo de mi corazón? ¿Por qué sigue siendo una realidad que se burla de mí y de la que no me puedo librar? ¿Me oyes?
— Te oigo.
— Yo quiero entender, no creer. No debemos afirmar lo que no se logra demostrar. Quiero que Dios me tienda su mano, vuelva su rostro hacia mí y me hable.
— Él no habla.
— Clamo a él en las tinieblas y nadie contesta a mis clamores.
— Tal vez no haya nadie.
— Pero entonces la vida perdería todo su sentido. Nadie puede vivir mirando a la muerte y sabiendo que camina hacia la nada.
— La mayoría de los hombres no piensa en la muerte ni en la nada.
— Un día, llegan al borde de la vida y deben enfrentarse a las tinieblas.
— Sí, y cuando llegan...
— Calla, sé lo que vas a decir, que el miedo nos hace crear una imagen salvadora y esa imagen es lo que llamamos Dios.
— ¿Te estás preocupando?
— Hoy ha venido a buscarme la muerte, estamos jugando una partida de ajedrez, es una prórroga que me da la oportunidad de hacer algo importante.
— ¿Qué piensas hacer?
— He gastado mi vida en diversiones, viajes, charlas sin sentido. Mi vida ha sido un continuo absurdo. Creo que me arrepiento, ¡fui un necio! En esta hora siento amargura por el tiempo perdido, aunque sé que la vida de casi todos los hombres corren por los mismos cauces. Por eso quiero emplear esta prórroga en una acción única que me dé la paz.
— Por eso juegas al ajedrez con la muerte.
— Emplea una táctica muy hábil pero todavía no he perdido ni una sola de mis piezas.
— ¿Y supones que podrás engañar a la muerte con tu juego?
— Gracias a una combinación de alfiles y caballos que aún no me ha descubierto. Una jugada más y le arrebataré la reina.
— Lo tendré en cuenta.
— Me has traicionado, tratas de engañarme pero cuando nos enfrentemos de nuevo yo encontraré una salida.
El séptimo sello

lunes, 21 de junio de 2010

Neumotórax

Fui encarcelado en una pleura
donde al aire no llega,
que tiene vísceras en los cristales
y agujeros por puertas.

Neumotórax que me inquietas las quimeras,
incides demasiado en mi estado de ánimo.
Cualquier día de estos te mando a tomar por culo.

Tapias de membrana cubren los socavones
que con un soplo de viento se vuelven a exhibir,
descorchando los bronquios ladrones de aliento
que gaseoso elixir sisan.

No han conseguido curarte ni tiritas ni enfermeras.
Estás muy consentido tú, ¡eh!

Mas no todo son reproches (alguna cosa te debo),
aunque si pudiera gritarte se cagaría la perra,
pero hijo de puta eres listo; ahogas y sofocas.

Deprimentes brechas visten esta posada pulmonar
de oxígeno viciado llena de secuaces que trafican con él.
Por perforada que esté, la fonda no se orea.

Si en un alarde garbo me secuestras a mejor vida,
has de saber que has sido un inquilino bastante cabrón,
haciéndome pagar con creces.

Amamanto la fe de que en algún momento sea absuelto, (la Ley de Arrendamientos Urbanos tan solo me obliga a renovarte el contrato cinco años, ¡bicho!)

a
Nítsuga Sotso Anibor

jueves, 17 de junio de 2010

Jazz & Rap

Sí, ¡no es broma! Como tantos otros, percibo el rap como poesía moderna sobre una base de bombos y cajas que marcan el ritmo al MC (Master of the Ceremony) de turno. Sin embargo, este género arrastra una lacra que provoca una generalización del concepto que se tiene sobre él: un individuo normal, al hablarle de hip hop se imagina a tíos negros con pistolas en bidones con hoguera estilo gangsta. ¡Pues no! Hay mucho más que eso y en nuestra nación deberíamos estar orgullosos de albergar a los mejores en nuestra lengua. Antes de criticar o rechazar, recomiendo encarecidamente que artistas como Javier Ibarra, Juaninacka, Rapsusklei, Xhelazz, El Chojín e incluso el mismísimo Tupac Shakur, entre otros, sean escuchados o, al menos, leídos.
Hay letras buenísimas, profundas, arrancas del pecho e incluso filosóficas. Aparte de Extremoduro y AC/DC, los mejores conciertos en los que he estado han sido el de Kase. O con su banda de jazz y el de Rafael Lechowski con otra del mismo palo. ¿Jazz y rap? ¡Se me ponían los pelos de punta! Por eso me atengo a lo de que nunca es tarde si la dicha es buena, no os encerréis y abrid los oídos y el corazón a lo nuevo, a lo distinto, a lo diferente. Fuera de toda la estética creada por puros fines comerciales, se esconde algo verdadero cuya esencia a veces palia el dolor agonizante de las ánimas más extasiadas.

Como en mi adolescencia era lo que más me marcaba, quién sabe, algún día quizás incluso publique en estos lares la letra de mi canción de rap más cañera (¡rap culto, aviso!) jejeje. Dejo un trozo de "la creme de la creme" para que lo devoréis, ¡carnívoros de versos!
Yo soy el semen; tú el amor.
Yo la música de fondo; tú la habitación para dos.
Yo el champán; tú los condones.
Yo uno más; tú otra más.
Tú el placer; tú la cama; yo el frenesí.
Tú protagonista de un blues; yo al que llaman MC.
Tú la aventura; yo el aventurero
cuando escribes con carmín en el espejo te quiero.

Tú el escote; yo la mirada.
Tú eres la cintura y yo la goma de tus bragas.
Yo la materia; tú el espíritu.
Yo Zeus; tú cualquier diosa parecida a Venus.
Yo el whisky; tú esta noche
serás la blusa; yo el que la desabroche.
Yo la mentira; tú la mentirosa.
Tú serás la chica y yo el chino que te venda rosas.
Tú la chula; yo el tuyo puto.
Tú la prisa; yo el que pierde el último minuto.
Tú las lágrimas; yo las sonrisas.

Tú el boungalow; yo el mar y en tu cara mi brisa.
Mira chica eres mi vida.
Vida perdida por la mujer y la bebida.
a
Javier Ibarra - Ballantine's

sábado, 12 de junio de 2010

El Rey Lagarto

Leones en la calle y vagando
perros en celo, rabiosos y llenos de espuma.
Una bestia enjaulada en el corazón de la ciudad.
El cuerpo de su madre
pudriéndose en el suelo en verano.

Él huyó de la ciudad,
fue hacia el sur y cruzó la orilla.
Dejó el caos y el desorden,
les dio la espalda.

Una mañana él despertó en un hotel verde
con una extraña criatura gimiendo a su lado.

El sudor escurrió desde su frente brillante.
¿Están todos?

La ceremonia está a punto de comenzar
¡Despierten!
¿No puedes recordar dónde fue?
¿Ha parado este sueño?

La serpiente era pálida,
satinada y encogida.
Teníamos miedo de tocarla.
Las sábanas eran ardientes prisiones muertas
y ella estaba a mi lado
vieja, ella no es... joven.
Su oscuro pelo rojizo,
su suave piel blanca.

Ahora, corre al espejo del baño.
¡Mira!
No puedo vivir a través de cada siglo de sus lentos movimientos.
Dejé mi mejilla resbalar hacia abajo
al agradable y suave azulejo.
Siento bien la fría mordedura en la sangre,
el suave silbido de las serpientes en la lluvia.

Una vez tuve un jueguito,
me gustaba cómo se arrastraba en mi cerebro.
Creo que sabes del juego del que hablo.
Hablo del juego llamado "Volverse loco".

Ahora deberías tratar de jugarlo.
Solo cierra tus ojos, olvida tu nombre.
Olvida al mundo, olvida la gente,
y erigiremos una torre distinta.

Este jueguito es divertido.
Solo cierra tus ojos, no hay manera de perder.
Estoy aquí, también voy a jugar.
Relájate, estamos abriéndonos paso.

Retrocedamos a lo más profundo del cerebro,
regresemos a donde nunca hubo dolor.
Y la lluvia cae suavemente en la ciudad
y en el laberinto de arroyos.
Abajo, la quieta presencia sobrenatural
de los nerviosos habitantes de las apacibles colinas alrededor
abundan reptiles,
fósiles, cuevas y cumbres frías.

Cada casa repite un molde
con ventanas laminadas
un carro con bestias encerradas en la mañana.
Todos duermen ahora.
Alfombras silenciosas, espejos vacíos,
polvo ciego bajo las camas de las parejas legítimas
envueltas en sábanas.
Sus hijas presumidas
con ojos de semen en sus pezones.

Espera....
Ha habido un sacrificio aquí.

(No pares de hablar o ver alrededor,
tus guantes y abanico están en el piso.
Estamos saliendo de la ciudad,
nos escaparemos
y quiero que tú vengas conmigo).

No toques la tierra.
No veas el Sol.
No hay nada más que hacer que
huir, huir, huir.
Huyamos.

Una casa sobre la colina.
La Luna descansa tranquila.
Las sombras de los árboles
son testigos de la salvaje brisa.
Vamos nena huye conmigo.
Huyamos.

Huye conmigo.
Huye conmigo.
Huye conmigo.
Huyamos.

La mansión es cálida en lo alto de la colina.
Las habitaciones son lujosas y confortables.
Rojos los brazos de los lujosos sillones
y no sabrás nada hasta que estés adentro.

El cadáver del Presidente en el carro del chófer,
el motor corre con cola y alquitrán.
Ven, no vamos muy lejos,
al Este a conocer al Zar.

Algunos bandidos vivían en la orilla del lago.
La hija del ministro está enamorada de la serpiente
que vive en un pozo junto a la carretera
¡Despierta niña! Casi estamos en casa.

Sol, Sol, Sol.
Arde, arde, arde.
Pronto, pronto, pronto.
Luna, Luna, Luna.
Te alcanzaré.
¡Pronto! ¡Pronto! ¡Pronto!

Deja las campanas sonar,
deja a la serpiente cantar.
Deja todo.

Hemos bajado
por ríos y autopistas.
Hemos bajado
por bosques y cascadas.

Hemos bajado
de un fénix esclavizado
y puedo decirte
los nombres del reino.
Puedo decirte
las cosas que sabes
escuchando un puñado de silencio,
escalando valles en oscuridad.

Soy el Rey Lagarto
y puedo hacer lo que quiera.

 
Puedo hacer que la tierra pare en su pista,
hacer que los carros azules se vayan.

Por siete años habité
en el perdido Palacio del Exilio,
jugando extraños juegos
con las chicas de la Isla.

Ahora regreso de nuevo
a la isla del justo, del fuerte y el sensato.

Hermanos y hermanas del pálido bosque
o hijos de la noche.
¿Quién de ustedes se unirá a la caza?

Ahora la noche llega con su legión púrpura.
Regresen a sus tiendas y a sus sueños,
mañana entraremos a la ciudad donde nací.
Quiero estar listo.

a
Jim Morrison - Celebration of the Lizard

jueves, 10 de junio de 2010

American Psycho

No hay nada como una buena película de culto: American Psycho. Se trata de un filme imprescindible para cinéfilos empedernidos, enfermedad que me diagnosticaron cuando nací. La tenía pendiente hacía ya tiempo en mi disco duro, lista para devorar. La sinopsis versa de un ricachón de World Trade Center que, harto de la vida contemplativa, comienza a encontrar su sino matando gente. Al igual que con Shutter Island, no hay cosa que me guste más que el director (en este caso directora) consiga hacer pensar al espectador y no acaben siendo un par de malgastadas horas de entretenimiento. Además, Patrick Bateman, encarnado por Christian Bale, suelta discursos sobre autores de música propios del más fanático de los melómanos y otros tantos de gastronomía digno de los mejores críticos, por no hablar de los finales de difusas interpretaciones. ¿Estaba loco o no? ¿Lo hizo o no lo hizo? ¡Eso es lo difícil de lograr! Adjunto parte de la voz en off pero aviso que para no amantes del cine bien puede resultar un bodrio psicótico.

"Existe la idea de que un tal Patrick Bateman es una especie de abstracción, porque yo no existo de verdad, sino solo como ente, como algo ilusorio. Y aunque pueda ocultarte mi mirada fría, si me das la mano notarás que mi carne roza la tuya e incluso tal vez intuyas que es probable que tengamos estilos de vida parecidos.
Pero yo, sencillamente, no estoy. Tengo todas las características de un ser humano: carne, sangre, piel, pelo... pero ni una sola emoción clara e identificable, excepto la avaricia y aversión.
Está ocurriendo algo horrible dentro de mí y no sé porqué. Mis sangrientas lujurias nocturnas están empezando a apoderarse de mí, me siento letal, al borde del frenesí. Mi máscara de salud mental está apunto de desmoronarse. Mi necesidad de seguir un comportamiento homicida a escala masiva no puede remediarse, pero no tengo otra forma de realizarme.

Ya no quedan límites por atravesar, todo lo que tengo de incontrolable y perturbado, vicioso y malévolo, todo el caos que he provocado y mi total indiferencia al respecto lo he superado ya, mi dolor es constante y agudo y no espero que exista un mundo mejor para nadie, de hecho quiero que los demás sientan mi dolor, no quiero que nadie se escape, pero incluso después de emitir esto, no hay catarsis. Sigo evadiéndome de mi castigo y no llego a ningún conocimiento más profundo de mí mismo, no se puede extraer ningún conocimiento nuevo de mi historia, esta confesión no ha significado... nada".
American Psycho

sábado, 5 de junio de 2010

Redención

Pido perdón por todas las cosas que no hice,
por distraer a hojas con mi ondulado caer,
por desaprovechar hasta el último atardecer naranja.

Ruego clemencia a los reyes del subsuelo
por no haber respirado lo suficiente
para desahogarme en el féretro
donde el oxígeno se asfixia.

Imploro indulto a las autoridades que en el inframundo gobiernan
por declararme culpable cuando en realidad lo era.

Suplico compasión y olvido
por la violencia con que a veces sonreí,
por desangrar cicatrices de doble filo.

Mendigo derecho de gracia
por todas las bocas que a deshora callé.
Aunque no me arrepiento.

Absolución persigo.
   - No puedo seguir así, ¡por favor!
Me busco en el espejo y no me encuentro.

Presento mil disculpas
si en tiempos envenené charcos
para difuminar reflejos falsos en esencia.


Tras bailar en la calva del calvario
no resta más que dispensa solicitar
con la esperanza de que sea condenado a volver a vivir.

En mi defensa diré que antes preferiría cinco lustros de galeras.
  - ¡Exímanme! - En el estrado, de rodillas, exaspero.
Quizás el amparo sea mi recurso sorpresa,
pero estoy fuera de plazo.

De colofón gritaré:

  - ¡A mí la amnistía!
con todas mis fuerzas,
mas sé que en los bolsillos no tengo verdades ni razón.

Abogo por que legitimados abofeteen mi cadáver.
Nítsuga Sotso Anibor

miércoles, 2 de junio de 2010

La lagartija

A Raül de Umlaut

Dicen que la palabra alma está desgastada,
que la soledad ha hecho amigos,
que infértiles trigos darán su fruto.

Cuentan que un día salió de su madriguera
una lagartija sonrojada por el vino,
harta de que le pisoteasen su casa.

Cuchichean marujas paredes los últimos gritos
de gargantas en sequía.

¡Pues yo digo que un brindis por el sucesor del veneno!
¡Tres hurras por nobles basureros!
No habrá chispas ni mecheros que osen prender.
Nítsuga Sotso Anibor

El viaje íntimo de la locura