Poeta y basura

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“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

lunes, 25 de octubre de 2010

Odio

(De mí se apoderó cuando acudí al bramadero donde suelo beber al ver que estaba seco).

Odio el tumulto, la gente sin rumbo, la sinuosidad crápula.
Odio el ambiente cargado, el indulto, la superficialidad.
Odio los aeropuertos, las carismáticas esquinas, los sitios cerrados.
Odio la muchedumbre, los viejos usos, los gritos encerados.

Odio el tabaco traidor, las bellacas prisas, los platónicos amores.
Odio la vengativa brisa, el cáncer, los aplausos sin motivaciones.
Odio la rabia contenida, los zulos, las falsas sonrisas.
Odio las esperas, los turnos, las sillas cojas.

Odio la política en todas sus formas.
Odio la impotencia, la inercia, los que sucumben.
Odio los protocolos, las puestas de largo y de corto,
los vocablos que nada dicen.

Odio la humedad, el tiempo y sus agujas.
Odio el vals de tic-tacs; amo el exilio mental, errar.
Odio los testamentos, las crueles plumas, las ambiciones huecas.

Odio ser incapaz de respetar a los irrespetuosos.
(me odio demasiado por ello).

Odio que palabras acribillen mi cabeza,
que esta molestia en el interior se geste,
que vísceras carcoman mis bestias.

Odio aparecer en fotos fortuitas de turistas.
Odio ser yo, odio ser tú algún día.

Odio el taciturno olor de hospital, el gris humo, la tierra estriada.
Odio la vejez encarnada en abuelas callejeras.
Me odio derrotado con el alma rota, los zapatos desabrochados,
las agarrotadas brochas, las neveras sin leche y atravesar noches pisando sombras.

Odio el sistema, odio en masa, sin dirección aparente.
Odio los secretos del susurro silencioso de enjambres de mentes.
Odio artificiales avenidas, estereotipos, pelos en el mármol.
Odio con dolor y sin piedad.
Odio como yo quiero.

Odio la felicidad fácil, la pasividad, los ojos furtivos.
Odio las condenas, las cadenas, los recuerdos derretidos.

Odio los centros de cualquier gran ciudad
porque veo la realidad tal y como es: cruda.
¿Y esta mancha en la acera?
Es el vómito de Zaratustra.
Nítsuga Sotso Anibor

12 comentarios:

  1. Bufff mucho odio Ostos, pero que bien expresado, me ha recordado a un tema de nach, del disco en la brevedad de los días, un abrazo poeta.

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  2. Jaja fran a veces no sé si escribe el poeta o el rapero que llevaba dentro. Un abrazo

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  3. Qué bueno! Odio en todos los sentidos.
    Estoy de acuerdo en muchos de sus odios, los comparto, odio que alguien me lea la mente de esta manera.
    Que usted lo odie bien.
    Un abrazo

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  4. Muy crudo, sí, acabarás con apendicitis...
    Yo sin embargo te amo a ti :P

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  5. Ahí dentro hay un poeta. Esto va bien Agustín.

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  6. ¡¡Ah!! Poema huracán, de esos que te despiertan de golpe y que destapan muchas de nuestras miserias. Como esos NO Sitios, los centros comerciales, las bodas y convenciones, los protocolos, esa locura de aparentar ser otro.
    «Odio el vals de tic-tacs, amo el exilio mental, errar». Errar, errar como el viento.
    «Me odio derrotado con el alma rota, los zapatos desabrochados,
    las agarrotadas brochas, las neveras sin leche y atravesar noches pisando sombras.» ¿Odias ese juez implacalbe que hay dentro de ti?

    Mi único desacuerdo hace referencia a la sinuosidad, que amo.
    Un abrazo.

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  7. María,

    Cuando lo escribí pensé "joder, tengo demasiado odio dentro", pero escribirlo es una forma de dejarlo en el papel a pesar de momentines en los que pueda aflorar, que son los menos. Aún así, los demonios internos siembre pueden volver a revolotear...

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  8. Meme, ¡la apendicitis es demasiado buena para mí!

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  9. Steppenwolf, ¿cómo en una línea consigues el aliento, el empujón, el "vamos chaval" que todo poeta joven necesita?

    Gracias tío. Un abrazo

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  10. Sí, Igor, desguazo un poco de mi yo interior y tú construyes la pirámide de la que provengo. Esos momentos en los que uno se muerde la lengua pueden ser literariamente muy productivos.

    La sinuosidad, dependiendo de a dónde dirija al navegante, se la puede odiar, creéme.

    Un abrazo

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  11. Odio y del bueno... me ha encantado. Un saludo.

    MG

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  12. Me gustan las cosas claras y janis joplin
    Un saludo
    yasabesmisecreto ?

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