John Doe caminaba sin norte en una dura madrugada de cualquier primavera en extravío. Cabizbajo, miraba el mecanizado movimiento de sus pies. John, silente. Ellos se movían porque querían; el destino era lo de menos. De repente, el tormento contra el que luchaba se exteriorizó: gritó, maldijo, pateó y sacó su más profundo ánimo asesino.
El cielo apagado le castigó con lluvia. Incesante lluvia. John, abrasándose por dentro y mojado por fuera, arruga la mirada, ahora enjuta, desafiando a las miles de gotas en hileras que contra el vacío (su vacío) se precipitan:
- Algún día me lo pagaréis, ¡malditas! – amenazó alzando el puño prieto.
a
¿Cómo podían ser tan crueles? Azotar sin compasión rostros de inocentes y culpables, sin distinción alguna.
El cielo apagado le castigó con lluvia. Incesante lluvia. John, abrasándose por dentro y mojado por fuera, arruga la mirada, ahora enjuta, desafiando a las miles de gotas en hileras que contra el vacío (su vacío) se precipitan:
- Algún día me lo pagaréis, ¡malditas! – amenazó alzando el puño prieto.
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¿Cómo podían ser tan crueles? Azotar sin compasión rostros de inocentes y culpables, sin distinción alguna.
Nítsuga Sotso Anibor - Microcuento 2
Este final me ha sonado a cuento oriental, aunque no sé razonarlo. Me ha encantado esta "dura madrugada de cualquier primavera", un verso en sí mismo.
ResponderEliminarJohn Doe descubre que el mundo es injusto, y hasta la lluvia.
Creo que te copiaré ese formato de "micros" algún día.
Aunque me ocurre en limitadas ocasiones, aquí el vocablo anglosajón es más exacto: yo te "encourage" a ti, noble Igor, a que conquistes esta modalidad de escritura. ¡Redescubrimientos!
ResponderEliminarLo he empezado a hacer por una asignatura de una nueva carrera de filología en la que me he metido... de referencia te puedo pasar un documento que trae microcuentos de autores conocidos. Ningún desperdicio. Una joya.
¿Y si la lluvia es la más justa? ¿No llueve sobre todos igual?
ResponderEliminarMuy bueno, por cierto.
Me ha gustado mucho. Es muy visual y transmite muy bien la sensación.
ResponderEliminarLa sensación que seguro cambia es la del inocente o la del culpable al recibirla.
Y además ya sabes que nunca llueve a gusto de todos.
Un saludo
Si hubiera llevado un destino... igual no le hubiera pillado la lluvia ;)
ResponderEliminarUn saludo!
No te arrebato ni un apice de razon, Lavilha, pero fundamentame como la lluvia, ignorante precipitacio, puede distinguir.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Sara. Es una buena reflexion la que haces y das en en el clavo de uno de los aspectos que queria transmitir.
ResponderEliminarHoy parece que va a llover.
Un saludo.
Jajaja, MG, muy bueno!! pero tu llevas tu destino a la espalda? creo que eso va por dentro...
ResponderEliminarUn saludo.
Y la nieve cae sobre los vivos y sobre todos los muertos...en Irlanda al menos...personalmente, me gusta la lluvia, y no la tomo como un castigo, por fuerte que venga. Pero entiendo a Doe, y me resulta muy simpática su rebelión.
ResponderEliminarSaludos.
Al igual que tú, la interpreto como una expurgación, que arrastra incluso los recuerdos más costrosos a abismos sin fondo.
ResponderEliminarUn saludo.