Poeta y basura

a

“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

domingo, 2 de enero de 2011

La carretera (The road)

English version:
It was exciting how, in the solemnity of the night, I crossed asphalt rivers through the mountains at the steering wheel of my old BMW 325 iX. Me, captain; the car, my boat; the mist, a terrible sea. Avoiding waves of bends immersed in a fog storm that seemed not to let breathe, I knew I was born in these countries; I was part of their bowels; an element embedded in a perfection that suspected no limits. So, I continued. I continued miles carrying the sunlight, as Apollo, to a thirsty nature of friendship and love, spinning in ways that, to an uncertain destinations collection, succulently invited me to take them by their sirens’ songs. Suddenly, a fleeting flash. Swift, my heart swallows. So soon, rocked into the abyss.

The next thing I remember is looking at a peaceful sky, at the zenith of a roll over, and to notice how the brightness of stars gives me a welcome.

Versión española:
Era emocionante cómo, en la solemnidad de la noche, surcaba ríos de asfalto a través de montañas al volante de mi viejo BMW 325 iX. Yo, capitán; el coche, mi barco; la niebla, un terrible mar. Esquivando oleadas de curvas inmerso en una caliginosa tormenta de brumas que parecía no dejar respirar, me supe oriundo de esos campos, parte de sus entrañas, un elemento más engarzado en una perfección que no conocía límites. Así, continué. Continué kilómetros llevando la luz del sol, como Apolo, a una naturaleza sedienta de amistad y cariño, danzando por caminos que, hacia un repertorio de destinos inciertos, suculentamente me invitaban a tomar sus sirenas. De repente, un fugaz destello. Raudo, el corazón se atraganta. Tan temprano, columpiado al abismo.

Lo siguiente que recuerdo es mirar a un sosegado cielo, en el zénit de una vuelta de campana, y notar cómo el brillo de las estrellas me daba la bienvenida.

Nítsuga Sotso Anibor
*Nota: a partir de ahora, voy a traducir todas mis publicaciones para abrirme a ser leído también por aquellos no hispanohablantes :)

(© Todos los derechos reservados)

7 comentarios:

  1. Me gusta.

    Por cierto, podrías echarle un ojo a vidaliteraria.com, es una página de un conocido de amigas mías que pretende reunir relatos y está empezando ahora, quizás te interese mandarle alguno y si conoces a más gente que escriba que manden también.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Ok, ya le he mandado otro microcuento. Pensaré en alguien, ok?

    Un saludo Lavilha

    ResponderEliminar
  3. Hola,
    También me ha gustado. He tenido la sensación de soltarme, de liberarme de algo. Difícil de definir, como algo cósmico. Como un poema existencial.
    Raudo, el corazón se atraganta. Un momento de plenitud.
    ¿En serio que vas a traducirte al english? Eso es un curro de tres pares.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Gracias.
    Sí, tío. Además, así aprendo palabros a saco para coger prácticar a la hora de leer en V.O. Nunca es tarde si la dicha es buena!

    ResponderEliminar
  5. Rios de asfalto, bonita imagen. Me ha recordado a ....el "On the Road" de Kerouac, describiendo y fundiendose en el paisaje y en la carretera.
    Saludos Agustín.

    ResponderEliminar
  6. ¿Ah, sí? Pues te recomiendo que te leas la anterior entrada y veas la película.
    Saludos Steppenwolf.

    ResponderEliminar
  7. Pues me gusto mucho, un viaje apasionante lleno aventuras y todo eso, ¡Un buen derrape con vuelta de campana y todo! Por algo me gustan a mí los BMW 325 iX
    Saluditos,

    ResponderEliminar

¡Vomita lo que pienses!

El viaje íntimo de la locura