Poeta y basura

a

“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

martes, 7 de diciembre de 2010

Nüremberg: ¿vencedores o vencidos?

El juicio de Nüremberg: ¿vencedores o vencidos? Volviendo en el avión, tras un gélido fin de semana en Hamburgo, vi este filme de 1961 dirigido por Stanley Kramer y protagonizada por Spencer Tracy. Señores: tres horas de película que dan qué pensar. Sí, sí, ya sé que estaréis pensando que vaya tostón pero, sin embargo, el autor nos mantiene en vilo con un guión brillante, exento y carente de términos jurídicos en demasía, pues eso conllevaría a la confusión del que los desconoce. En mi humilde opinión de cinéfilo empedernido, refleja muy bien los años posteriores al fin de la guerra, cuando aún quedan cuentas pendientes. Tras el suicidio o muerte de los máximos dirigentes, quedan jueces, doctores y muchos más por pasar a manos de la justicia. En este caso, son cuatro magistrados los que se enfrentan a la siempre e incondicional ciega de báscula en mano. Mediante los candentes diálogos entre la defensa y la acusación, el espectador se concibe a sí mismo como público de la vista oral, surgiendo en su cabeza contradicciones debidas a los argumentos que arguyen cada uno: ¿actuaban en sus decisiones por obligación o sádicamente formaron parte del holocausto? ¿Estaban sus actos justificados o eran conocedores de las consecuencias de sus sentencias y lo que en los campos de exterminio ocurría? Resulta sorprendente cómo el director consigue plantear dudas según desde el punto de vista que se mire.
Nítsuga Sotso Anibor

4 comentarios:

  1. De tostón, nada. Una aproximación algo sincera, y más viendo la fecha de la película.
    Yo creo que sí, que eran muy conscientes de lo que hacían, al igual que los Aliados, cuando decidieron arrasar las ciudades alemanas (sin objetivo militar, logístico o industrial), con abslouta planificación, detalle y eficiencia.
    ¡Buena peli!

    ResponderEliminar
  2. recuerdo que siendo yo un crio( y ya peino canas de cuarentón) mi padre nos hizo tragarnos la peli un sabado de esos de PRIMERA CADENA Y UHF como segunda y única opción cuando la familia se reunia entorno a la Tele casi en ceremonial actitud, para mi pesar he de reconocer que en su día me pareció un poco tostón, ahora bien, en mi descargo he de argumentar que era un crío, así que haciendo proposito de enmienda trataré de verla de nuevo aunque sea a solas porque esa es otra, con la señora ni de coña!!!
    jejeje
    salu2

    ResponderEliminar
  3. Da la casualidad de que en esos bombardeos de los que hablas, Igor, he estado este año: Dresde y Hamburgo. Ciudades históricas simplemente destruidad como acto de venganza por la que habían liado.

    Pues como un dice uno de por aquí, si se aplicase la Ley del Talión, nos quedaríamos todos ciegos.

    ResponderEliminar
  4. Nunca es tarde si la dicha es buena, leamsi. Y qué daría yo por que pusieran películas como esta en la TV de hoy en día... No miento con esto: desde que me vine a Madrid a estudiar, llevo tres años sin ver la tele excepto el mundial. Ahí es ná.

    Saludos.

    ResponderEliminar

¡Vomita lo que pienses!

El viaje íntimo de la locura