Poeta y basura

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“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

martes, 15 de noviembre de 2011

Prototipo roto

Ya hizo la escarcha de las suyas
congelando el rocío que toda flor
llora por el pasado.

Muy alto vuela
hacia el Campo de Marte
cada beso muerto y no dado;
amigo, la eternidad no espera,
rugir el tren solía y
recelosa la vida de los enamorados.

Ya hizo la lluvia de las suyas
mojando la sombra que la edad
proyecta hacia cipreses campos.

Lejos quedan
las sonrisas, la familia: lo heredado.
Normal que la tierra titirite
si desde cada marcha
no ha escampado; igual que una gota
busca a su madre nube, grito yo
por encontrarme en mi garganta

pues es triste ver cómo
todo buen padre de familia no muy torpe,
tampoco avezado
procura distraerse con diligencia.


Nítsuga Sotso Anibor © Todos los derechos reservados

2 comentarios:

  1. Un destino escrito, ¿verdad? Qué será de los besos no dados, Agustín. Lejos queda todo, a veces, hasta las flores de primavera que lloran el pasado. Como nosotros.
    Un abrazo, poeta.

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  2. Tienes razon la eternidad no espera. Nada espera. Pero ten cuidado con todos esos besos no dados y los recibidos, que al final acabaran pasando factura, y la nube estara ya muy lejos ;)

    Saludos

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