Hay veces que el destino se troca irreversible
y, toda lucha, fútil.
Hay ocasiones en que el azar dicta despiadado
y, toda súplica, se antoja baladí.
Hay momentos en que la fortuna mira para otro lado
echando las culpas al homo sapiens que ya va dejando de saber.
Hay instantes en los que uno cree nadar en lava
y despertar enjuagando la cara con ácido.
Hay santiamenes en los que se anhela volar con ansias
para subir y subir en aras de otear choques de cielos.
Hay horas que pasan como segundos,
segundos que pasean como horas
y días en los que se malogra la percepción del tiempo.
Hay recuerdos lamidos por calígines,
memorias lobotomizadas por la naturaleza del Aquél,
palabras mecidas hasta otra parte,
besos y abrazos que se perdieron.
No hay ni un triste periquete, empero, en que dejen
de bailar las variables del hado
que nuestro desfiladero teje.
De "Lo bueno de ser una rata"
Nítsuga Sotso Anibor © Todos los derechos reservados
Por mi parte, no creo en el hado...
ResponderEliminarPrefiero pensar que las cosas están en nuestra mano:)
Así que si es invariable e indeciso, mejor que mejor.
Muáaa
¡ que grande es esa rata ! un abrazo poeta.
ResponderEliminarbesos y abrazos que se perdieron?
ResponderEliminaryo me quedo con eso...
porque nada se pierde,
llega desde otra forma
un abrazo, precioso!!
Esta metáfora de la vida, del vivir, como un desfiladero me parece un portento.
ResponderEliminarSerá que el calor me deja por los suelos, será las dificultades. Hoy me siento muy identificado con el poema, deshecho por el destino, los vientos y el azar despiadado.
"Palabras mecidas hasta otra parte.." cómo lo delicadas que pueden ser, ¡cómo un poema!
Quedan algunas luces, ¿no es así?
Un abrazo.
ser consciente de la magia es ser consciente de la vida y del enormísimo poder que tenemos dentro de nosotros, cosas inmensas que pueden salir de seres diminutos...
ResponderEliminarhe hecho caso a tus recomendaciones, e incluso ya me he añadido a mi última lista temas varios de Dan Auerbach (sonará estúpido, pero muchos me han conquistado desde el propio título)
en referencia a tu texto, creo que nada se pierde porque nada nos pertenece nunca, y creo que ambas cosas tienen bastante de positivo
ojalá ese anhelo de volar y de subir con ansias, de incluso chocarse contra el cielo, durasen para siempre... eso es lo que nos da vida, las ganas y la capacidad de alcanzar algo MÁS
pd: mil gracias por tus comentarios, son pequeños tesoros :)
Recuerdos lamidos por calígines...
ResponderEliminarA veces parece que si miramos hacia atrás todo duele más.
Gracias por tu comentario
:)
Qué puedo decirte si ya te dije lo que pienso cuando te leo, más que echo de menos una buena charla contigo de nuevo, con un par de cervezas de esas que parece que nunca vayan a acabarse y que no quieres que se acaben. Soldadito acaba ya, que te tenemos que hablar!
ResponderEliminarhay dias que querés ser devorado por la tierra, y qué te encuetren..
ResponderEliminarpermiso, me quedo, puedo?
cariños
Y yo me pregunto si realmente es el destino quien se trueca o somos nosotros quienes lo trocamos empecinados en pasar por un sólo aro cuando hay más de mil.
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