El otro día, en clase de Ética Profesional, hablábamos de Estados ricos y cuasi fallidos como México o la parte sur de Italia, por ejemplo. De buena tinta, dos alumnos de intercambio de Monterrey nos dieron su opinión al respecto y, particularmente, recomendaron dos películas que reflejan la corrupción política y el archiproblema del narcotráfico, ambas de mismo director y protagonista. Con cierto recelo a invertir tiempo en estos días de exámenes en verlas, decidí hacerlo (inevitable en mí). Luis Estrada, el director, es una especie de Michael Moore a la mexicana, es decir, un grano en el culo para el Estado que no cesa de poner de manifiesto los problemas nacionales de México.
La primera es "La Ley de Herodes", ambientada en 1949, durante el sexenio del presidente Miguel Alemán, el corrupto alcalde de San Pedro de los Saguaros es linchado y decapitado por los indígenas que habitan el lugar. Corren tiempos electorales y el gobernador no está dispuesto a ver peligrar su posición por un escándalo político, por lo que ordena a su secretario de gobierno, el licenciado López, que nombre un nuevo alcalde para San Pedro. López decide que el más indicado es Juan Vargas, un inofensivo y fiel miembro del partido que seguramente no será tan corrupto como su antecesor.
Grana atención merece la evolución que el actor Damián Alcázar consigue mostrar, estando lleno al principio de buenas intenciones y cambiando, paulatinamente, de que las cosas funcionan de otra forma allí.
En especial, hubo dos momentos del diálogo que me encandilaron. Cuando el gobernador charla con su asistente sobre tres posibles candidatos a la alcaldía de San Pedro, califica a Vargas de "buena persona", a lo que el gobernador le increpa "¿A qué te refieres con buena persona?", contestando el asistente "Que es medio pendejo". El segundo momento fue cuando llamaron a Vargas a proponerle que el Partido Revolucionario Institucional le necesitaba, dijo éste espontáneamente "¡Claro! ¿A quién hay que matar?". En fin, el guión habla por sí solo.
La segunda, con muy buena crítica y premiada en numerosas ocasiones, es "El infierno". En el marco de las fiestas del Bicentenario de independencia, Benjamín García, cómo miles de paisanos, regresa a su pueblo deportado de U.S.A. y encuentra un panorama desolador provocado por la crisis económica y la violencia demencial que azotan el lugar. Sin otra opción, y para salvar a su familia de la miseria, García se involucra en el negocio del narco en el que tiene, por primera vez en su vida, una fulgurante prosperidad, pero también un triste y dramático final. Se trata de una sátira de cáustico humor negro, sobre el mundo del narco, la crisis económica, la corrupción y la violencia irracional que nos aquejan.
Aunque me gustó más la otra película, esta la vi anoche y me impactó muchísimo. Los sensibleros pueden pensar que se recurre demasiado a la violencia y las escenas específicas... ¡pero tan solo pretenden reflejar la realidad! Con un metraje un ápice extenso, Estrada nos introduce a la perfección en una realidad que asola México mediante un simbolismo en personajes brutal (el alcalde, el jefe de policía, el cura, los dueños de distintos establecimientos, los narcos, los federales, los adolescentes wanna be... por no hablar de nuestro Benjamín, que también sufre una evolución brutal aunque siempre piense en hacer lana suficiente para dejarlo y emigrar a EEUU).
En fin, que me han parecido necesarias de compartir y dignas de ver para, sobre todo, sentirnos afortunados por vivir en el país en el que vivimos. Hay realidades muchísimo peores. Cuando Bene está con el Cochiloco enterrando a un muerto, le pregunta si no tiene miedo de ir al infierno por todo el mal que causa, a lo que el Cochiloco responde "Esto es el infierno". Y es que, como dicen en la película varias veces, "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa".
La primera la vi y me encantó!
ResponderEliminar¿Qué opinas de lo que está pasando aquí?
uy yo esto no lo vi!!
ResponderEliminarme gusta que postees esto, así lentamente voy abriendo los ojos... :)
besotes
¡Pues ved las que os falten!
ResponderEliminar¿Aquí en España? Pues que es lamentable que se les permita presentarte a listas otra vez estando imputados y que, encima, prohíban las manifestaciones de este fin de semana. Veremos a ver si sacamos algo con la plataforma Democracia Real Ya. De momento, están haciendo un ruido al que es imposible hacer oídos sordos...
Me parecen dos películas muy interesante,.
ResponderEliminarPero, ¿a quién quieres que mate, Agustín? Tú dímelo. No te cortes.
Y me parece que eres afortunado por asistir a clases de ética, aún.
Por mi barrio la corrupción es algo más sutil y aviolenta. Y menos intensa, pero de haberla, la hay.
Saludos.
La tendré que ver :)
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