Poeta y basura

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“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

viernes, 21 de octubre de 2011

La profecía

Igual que vuelve la aguja con el pespunte,
miro las hebras que quedaron en el camino;
ya completas fueron las horas,
ya los años entretejidos. 

Cuando un árbol herido savia llora,
gime su madera si roza al fuego;
pero es curiosa, y saber le urge. 

Si protestasen los vientos a mano alzada,
¡sabríamos del acíbar y su disgusto!

A dónde huirán las sombras con tanta prisa,
por qué dejarán tan desnudo al mundo.

Ven, blanca orquídea, ven
y dale cuerda a los cinco soles
de la profecía
                              que,           
                                        si no se cumple,
                                        viraremos a Xibalbá,
                                        a nuestra Casa Oscura. 

Pocos esculpen conscientes su sendero,
suele el pasado anticiparse al futuro;
¡ay de los que aún tratan de escrutar el cielo!
¿Acaso un pájaro vuela el azul en dos segundos? 

Linda flor,
no te avergüences por danzar
en la superficie de los lagos,
pues incluso roban nubes
las estrellas para verte. 

Como se extiende el aullar nocturno
de los que asaz nos sentimos lobos,
ilumina con violencia el Imperio de la Luna;
como reflejan ojos la voluntad de sus cuerpos,
ningún ser más palabras necesita.


Así,
a menudo el alma me toma preso,
y prófuga va en busca de bosques vírgenes.


Nítsuga Sotso Anibor © Todos los derechos reservados

3 comentarios:

  1. Qué poema tan etéreo. Uno lo lee y acaba creyendo viajar entre niveles del espacio. Construyendo, cimientado en el viento.
    He pensado hoy que hasta te podría reconocer si leyera un poema sin saber su autor. Eso es tener sello, pienso. Entre lo delicado y lo barroco.
    Versos felices, «A dónde huirán las sombras con tanta prisa»; Poeta, no te avergüences y danza hasta el fin de los tiempos.

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  2. Es cierto que volar el azul conlleva un tiempo preciso, algo más de dos segundos y paciencia, algo más que paciencia.
    ¿Veremos Xibalbá? Quién lo sabe...

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