Poeta y basura

a

“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

sábado, 5 de marzo de 2011

Mojó la lluvia (soaked the rain)

English versión

I've seen raining
and the drops, far from
turning it off, appeased
my anger. Hyperion’s

smile led me think: is
my loop the loop
of the liberated? Will hold the

memory the assaults
of the old age?
I don’t know. Will be the
wavy stripes in eyes
the cause of the evening;
a sealed labyrinth,
the shelter of thorns;
the sunset, the irony
of love.


Or, perhaps, were
flickering rays
which to my skies
gave color and the
recklessness of
Phaeton
indigo character to the skins.


Anyway,
in the end each cloud
is separated, well yes every
cherry is doomed
to fall. We’ll never jump that
cuddly, never the same

again, never too long.


Versión española

Esta semana, en mi condición de discente, he estado leyendo en las horas muertas de clase a Pedro Salinas. Normalmente, rehúso leer cosas de amor porque no me llenan y se me antojan vacuas pero, sin embargo, sus versos sacian mi sed. Y de sobra. "La felicidad inminente", "La voz a ti debida", entre otros, rebosan amor. Amor del de verdad. Lo toca. Lo siente. Lo escribe. Comparto, en primer lugar, un producto de este cocinero loco que lejos se halla de alcanzar al del '27 y, en segundo, una del maestro. Que aproveche.

He visto llover
y las gotas, lejos
de apagarla,
apaciguaron
mi ira. La sonrisa
de Hiperión
diome que pensar: ¿Es
mi bucle el bucle
de los liberados? ¿Aguantará la
memoria las embestidas
de la vejez?
No sé. Serán las
rayas de undosos ojos
la causa del atardecer;
un sellado laberinto,
el refugio de las espinas;
el ocaso, la ironía
del querer.

O, quizás, fueron
vacilantes rayos
los que a mis cielos
color dieron y
la imprudencia de
Faetonte
añil carácter a la piel.

Sea como sea,
al final cada nube
se separa, pues toda
cereza está condenada
a caer. Nunca saltaremos tan
blanditos, nunca
demasiado tiempo,
nunca igual otra vez.


Nítsuga Sotso Anibor © Todos los derechos reservados

Pedro Salinas - Despertar
Sabemos, sí, que hay luz. Está aguardando
detrás de esa ventana
con sus trágicas garras diamantinas,
ansiosa
de clavarnos, de hundirnos, evidencias
en la carne, en los ojos, más allá.
La resistimos, obstinadamente,
en la prolongación, cuarto cerrado,
de la felicidad oscura
caliente, aún, en los cuerpos, de la noche.
Los besos son de noche, todavía:
y nuestros labios cavan en la aurora,
aún, un espacio el gran besar nocturno.


Sabemos, sí, que hay mundo.
Testigos vagos de él, romper de olas,
los ruidos, píos de aves, gritos rotos,
arañan escalándolo, lloviéndolo,
el gran silencio que nos reservamos,
isla habitada sólo por dos voces.
Del naufragio tristísimo, en el alba,
de aquel callar en donde se abolía
lo que no era nosotros en nosotros,
quedamos solos,
prendidos a los restos del silencio,
tú y yo, los escapados por milagro.


“¡Tardar!”, grito del alma.
“¡Tardar, tardar!”, nos grita el ser entero.
Nuestro anhelo es tardar.
Rechazando la luz, el ruido, el mundo,
semidespiertos, aquí, en la porfiada
penumbra, defendemos,
inmóviles,
trágicamente quietos,
imitando quietudes de alta noche,
nuestro derecho a no nacer aún.
Los dos tendidos, boca arriba,
El techo oscuro es nuestro cielo claro,
Mientras no nos lo niegue ella: la luz.


El cuerpo, apenas visto, junto al cuerpo,
detrás del sueño, del amor, desnudos
fingen
haber sido así siempre
vírgenes de las telas y del suelo,
creen que no pisaron mundo.
Aquí en nuestra batalla silenciosa
-¡no, no abrir todavía, no, no abrir!-
contra la claridad, está latiendo
el ansia de soñar que no nacimos,
el afán de tardarnos en vivir.


Nuestros cuerpos se ignoran sus pasados;
horizontales, en el lecho,
flotan sobre virginidades y candor:
juego pueril en su abrazar.
Estamos
mientras la luz, el ruido,
no nos corrompan con su gran pecado,
tan inocentemente perezosos,
aquí en la orilla del nacer.
Y lo que ha sido ya, los años,
las memorias llamadas nuestra vida,
alzan vuelos ingrávidos, se van,
parecen sombras, dudas de existencia.
Cuando por fin nazcamos
abierta la ventana -¿quién, tú o yo?-
contemplaremos asombradamente
a lo que está detrás, incrédulos
de haber llamado nuestra vida a aquello,
nuestro dolor o amor. No.
La vida es la sorpresa en que nos suelta
como en un mar inmenso,
desnudos, inocentes,
esta noche, gran madre de nosotros:
vamos hacia el nacer.
Nuestro existir de antes
era presagio. ¿No le ves al borde
de su cumplirse, tembloroso, retrasando
desesperadamente, a abrazos,
la fatal caída en él?
Y al despedirnos -¡ya la luz, la luz!-
de lo gozado y lo sufrido atrás,
se nos revela transparentemente
que el vivir hasta ahora ha sido sólo
trémulo presentirse jubiloso
-antes aún de las almas y su séquito-,
pura promesa prenatal.

5 comentarios:

  1. entro a ver tu blog, y siento (dije siento, no veo) belleza...

    y me voy con el alma completa...

    te abrazo fuertísimo!

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  2. Bonitos tus versos. Noe Palma tiene razón al sentir. Buen post.

    Un abrazo y buena semana,

    Andri

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  3. Hola Agustín,
    Tu incursión en la poesía amorosa me ha gustado realmente, pero debo decir que el amor es una parte del todo, y como poesía amorosa más parece una balada dolorida que una exaltación.
    Me ha parecido un poema existencial, con el amor de fondo. Crispada, un darse cuenta que el amor y la vida pasan, como esas cerezas y esos saltos, que ya son pasado que ya no existen.
    Me pasa igual, pocas poesías de amor me llaman la atención, pues muchas no las creo. Pedro Salinas es mucho nombre.
    Que sensación de aspereza, de futilidad. El tuyo es uno de esos poemas que duelen.
    Saludos.

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  4. Noe y Andri,

    Muchas gracias a ambas!! Mi regocijo no conoce parangón :)

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  5. Hola Igor.
    Joder, es cierto tío pero es que de momento me parece que para escribir positivamene del amor hay que tener mucho amor propio, más experiencia y años en cada pata. Corrígeme si me equivoco, por favor. En fin, a ver qué sale la próxima vez. En el proyecto que estoy metido y que en abril verá luz, hay una que algo se aproxima a esta temática, pero enfocada de muy distinto ángulo.
    Saludos.

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