Poeta y basura

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“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

domingo, 14 de agosto de 2011

Abrí la ventana y di gracias por un nuevo Apocalipsis

Cuando el Sol unta
al cielo con su brocha

de luz, enterrando la
noche bajo imperio
azul, despiertan las
bestias de su letargo.

Nadie sospecha
la hegemonía de
halcones en su volar,
ni los crepitantes
aullidos que acostumbran
los incendios.

Quizás se muden incluso
las montañas a otrora
tierra entrometida en
busca del sueño condenado
a errar sin zapatos por el mundo.


Allá donde secuestran colores,
dicen que está oscuro;
quizás severa sea la lluvia
con los que perdieron el respeto.
 

Sabremos la ira de los dioses
a la primera cabalgata
de relámpagos y pagarán
con sus pieles los hombres
como flores a insectos su tributo.

Caerán impíos sobre nuestras cabezas
como la manzana del árbol con la duda,
arrasando como despeinan ventiscas
a praderas presumidas.

Asediarán, como una crecida
a hormigas su hogar, las tempestades
por anegar hojarasca en corazones secos.
¿Quién desea un jardín de vacíos
si las espinas no se irán? ¿Acaso
no es hermosa la persistencia de
la mala hierba en su trepar?

Y así, callarán todas las voces
como un último gemido pone
a la vida su punto final, como
un pájaro herido revolotea
confuso hasta chocar.


Nítsuga Sotso Anibor © Todos los derechos reservados

7 comentarios:

  1. Las espinas nunca se van...

    Me encantó el final.

    Besos

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  2. Si que es hermosa la persistencia de la mala hierba en su trepar y además es una afortunada metáfora.
    Dios, Agustín, es un poema que lanza llamas. Parece el final. Tengo la manía de ver paralelismos con la realidad, aunque igual es un estado de ánimo, o una percepción de algo telúrico. No lo sé, acaso ahí esté la gracia de los símbolos y de todas estas imágenes-símoblo que nos regalas.
    Tremendo poema, como si alguien hubiera segado los prados.
    Un abrazo.

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  3. Ese pájaro ha venido a chocar a mi ventana y es hermosa su mala persistencia.
    Lleno de tesoros este poema!

    Como si alguien hubiera segado los prados... Tremendo Igor; mención especial para él.

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  4. hasta chocar?
    sí, claro, contra la lluvia o el cielo...

    abrazo enorme para vos

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  5. mientras sólo sea un choque de tantos, de esos tras los que sabes que el pájaro sigue siendo pájaro y volará de nuevo..

    (ya tenía ganas de leerte)
    :)

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  6. Bonita poesía. Buen blog. Muy interesante. Un placer seguirte. Seguiré visitándote con el permiso tuyo.TE envío un fraternal saludo deseándote un buen fin de semana amigo.

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