El cerezo ya se ha despertado. Ya había renunciado a todo; se sentía demasiado viejo para nada y se había preparado para el final. Se había resignado a no volverla a ver, pero abrió los ojos y allí estaba ella: la vida; caprichosa, sin dar explicaciones, como ella siempre ha sido. Se ha presentado con más ganas que nunca, y el reencuentro ha sido el más apasionado y exuberante que hayan tenido jamás. El cerezo entero es una fiesta de flores blancas. Ocurre cada primavera.
Roberto Iniesta - El viaje íntimo de la locura
Buá! me encanta! y no el que se hayan atribuido cualidades humanas a un cerezo, si no el ser capaz de retratar el último aliento de un árbol. Me parece increíble.
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