Hoy, nada más ni nada menos, contamos con la etérea presencia de Igor Kutuzov, escritor barcelonés recién salido de un naufragio de sangre, bajo cuyo nombre se esconde el mismísimo Igor Kutuzov. Hace unas semanas salió a la luz su engendro “ANTIGUA VAMURTA”, libro de género fantástico y de aventuras que podéis encontrar en las principales distribuidoras. Una vez hecha la publicidad pertinente, resulta necesario apuntar que mi relación con este curioso espécimen arranca en la pasión hacia los mundos raros que profesamos, como pueden ser los sueños o la poesía, pero sobretodo el ahínco que demuestra en su hipótesis de que soy la reencarnación del poeta extremeño Francisco de Aldana. Sus comentarios y anotaciones, junto a los del Gran Dux, me han hecho mejorar y atisbar nuevos horizontes. Por ello, he redactado una amalgama de preguntas insólitas para dotar a esta entrevista del adjetivo peculiar.
Sin mayor dilación, agarraos a vuestras sillas:
1) Igor, muy buenos días, días.
Buenas, pero Agustín, ¿qué escribías tu hace unos siglos? tras tanto acá y allá yendo y viniendo / cual sin aliento inútil peregrino, / ¡oh Dios!, tras tanto error del buen camino, / yo mismo de mi mal ministro siendo/. ¿Acaso no compartimos los dos esta maldición y certificado de defunción?
2) Para romper el hielo: imagínate que estás en una cita con una chica peligrosamente voluptuosa, casi ilegal, y tú, de repente, en aras de sacar a relucir tus virtudes, sacas tu tocho… ¿cómo reaccionaría?
Escena 1: «Hola, soy Igor. Mira, que he escrito una novela fantástica y bla, bla, bla». «Ah, y cuántos libros has vendido…», dice ella. Le explico. «Bueno Igor, me voy, que he visto unos amigos allí al fondo».
Escena 2: «Hola, soy el doctor Kutuzov. He escrito un libro de autoayuda». «Ah, qué bien», dice ella. «Sí, sirve para la gente desorientada, que padece tristeza, pereza y autocompasión. Ya estoy en la vigésimo cuarta edición y bla, bla, bla».
Y así lo casi ilegal y la curva crujiente, como un arrugado billete de veinte, resulta envolvente cerca del bajo vientre.
3) En relación al carácter polivalente del libro, de tirárselo a alguien a la cabeza… ¿a quién sería? Tienes tres opciones. Arguméntalas.
- Primera opción: tirárselo a la cabeza de un desconocido, cosa que ya he hecho. He donado un par de ejemplares a la red de bibliotecas de Barcelona.
- Segunda opción: tirárselo a la cabeza de Merkozy. Europa no es un ente financiero, exclusivamente. Quizás, tras leer el libro, este par de enamorados dejarían de escuchar a sus prestamistas nacionales, que los hacen navegar por las aguas del corto plazo material.
- Tercera opción: a mí mismo, con un mensaje: «deja de lamentarte por el tiempo perdido».
4) ¿A quién se lo regalarías?
A uno de esos tipos de veo cuando salgo a correr por el barrio y que jamás se mueven de la puerta del bar.
5) Pongámonos serios: en el supuesto de que viviésemos mañana un Apocalipsis y dentro de mil años otra especie diese con tu libro… ¿qué crees que pensarían de él y de ti?
De mí dirían, pero a este tardosapiens, qué le pasó por la cabeza. ¿No tenía nada mejor que hacer?… De Vamurta, estoy convencido, dirían: «esta es una muestra más de la decadencia del mundo en el siglo XXI. En lugar de preocuparse por las goteras en el techo de su casa de ozono, el tipo este gastó fabulosas energías en escribir un folletín medieval que no conducía a nada». ¿A nada, realmente? ¿Y los sueños?
6) Redacta un pequeñísimo micro-cuento en el que el Antigua Vamurta te salva la vida.
Mediados del siglo XXI. La Unión Europea ha sido sometida por la renacida Unión de los Estados Euroasiáticos. Ya nadie usa bolsos de Louis-Vuitton. Igor Kutuzov, detenido por la guardia siberiana cuando intentaba robar “El Buscón” de los almaceniotecas bunquerizadas de las fuerzas de ocupación, es interrogado por un oficial nacido en una cueva recóndita del desierto del Gobi.
- ¡Bastardo! Los libros prohibidos no se tocan —dice el teniente—. Pagarás esta ofensa a los soviets con tu vida.
- Señor —le susurra un funcionario—. Este abuelo chamuscado y asustado es el que escribió ese librito que le gusta…
El oficial se levanta, algo sorprendido, y suelta:
— Hijo del gran Satán…Tanto parlotear para nada. Nunca acabaste la segunda parte. Haremos un trato, ¡traigan un tablet URSSPhone y mucho vodka!
7) Imaginemos que Antigua Vamurta, como libro, echa patitas y una tarde se encuentra con la Constitución Española de 1978. ¿Qué le diría?
Primero, la invitaría a fumar y luego le daría fuego. Más tarde, pasearíamos, lomo contra lomo, por las calles grises de Barcelona. Quizá nos sentaríamos en una de esas terracitas en las que caen los deliciosos últimos rayos de otoño. Y hablaríamos del fin de los ciclos. Saborearíamos unos boquerones acompañados de cerveza no muy fría, y ya relajados, le preguntaría: «cómo te sientes sabiendo que eres papel mojado». A lo mejor no respondería nada. «Sí, hombre», insistiría, «sabes que hay un puñado que viven unas cuantas líneas más arriba del límite de tus márgenes superiores. Que no eres igual para todos, sólo sirves para los débiles, los que están en tu ley». A lo mejor lloraría. «No llores que eres papel y tinta. Y eso no resuelve la cuestión; en España los poderosos no están a tu servicio, porque están por encima de tu ley». Luego le daría la mano, para tranquilizarla. Le recordaría lo que me dijo una vieja, antes de morir: «Igor, la clave de la vida es adaptarse». Luego caminaríamos por la Gran Vía, hacia el oeste, por donde cae el sol y durante un tiempo sobrevive el ocaso.
8) Una enseñanza de Antigua Vamurta.
Todo es posible.
Vivimos en una época donde se repite una consigna, disfrazada en muchos colores y en líneas distintas: «toda resistencia es vana. No hagas nada para cambiar las cosas. Ni lo intentes».
9) Un defecto.
Soy lento. Escribo con lentitud, sube el café con lentitud. Escribo el segundo libro de Vamurta con lentitud. Y en el primer libro de Vamurta hay fragmentos muy ágiles y otros algo lentos. ¡Ah! Y las erratas. Me he dejado unas cuantas, a modo de minas-trampa. Espero que la historia compense esos defectos.
10) De tener que leer tu libro escuchando un disco, ¿con cuál sería?
Sin lugar a dudas, La Sexta Sinfonía de Geritten, de Mijaíl Suvórov.
11) De tener que leer tu libro viendo una película, ¿con cuál sería?
Inspiración directa y siendo tan original en esto como el que acompaña el té con galletas de mantequilla. Excálibur. No sólo por la épica y lo fantástico, también por un sin fin de hebras míticas y simbólicas que emergen en esta lectura de las leyendas artúricas.
12) De tener que leer tu libro leyendo otro libro, ¿con cuál sería?
Canto de la Vida Muerta, de Juan Eduardo Cirlot.
13) ¿Debemos leer tu libro?
A pesar de ser la mejor novela épica de los últimos 50 años, la respuesta es no. De ningún modo. Mejor leer El Gatopardo. El único defecto que tiene el Gatopardo es que me quedan 30 páginas para acabarlo.
14) Recientes estudios de científicos de la Universidad de Standford han demostrado que Antigua Vamurta tiene un trasfondo en relación directa con la realidad humana. ¿Cuáles crees que han sido los resultados?
Defectuosos, como cualquier estudio de Standford. Y partidarios. Aunque el principio teórico de la relación directa podría ser válido. Los resultados son que en Antigua Vamurta, además de la aventura, hay un estudio de la condición humana en situaciones adversas. ¿Podemos ser generosos cuando nuestra vida está en peligro? ¿Somos capaces de favorecer a los demás cuando las frustraciones nos devoran? Aunque la novela tenga un trasfondo trágico, creo que peco de optimista.
15) Volvamos a imaginar que: en un mundo post-catastrófico, la especie humana resurge de sus cenizas, dan con tu libro, te toman por profeta y lo adoptan a modo de Biblia, de libro santo. ¿Cuáles serían sus diez (si son diez) mandamientos?
- Igualdad de todos frente a la ley.
- No te endeudarás de por vida por más de los que puedas ganar en tres años.
- Si incumples la ley, como medida de reinserción social, asistirás a un concierto de Isabel Pantoja.
- No amarás a la mujer de Rajoy.
- El estrangulamiento de las masas sólo sirve para empobrecer las naciones.
- Tu Dios no es el primero.
- Tú tampoco lo eres.- El odio crece cuando dejan de hacerse preguntas.
- Si descubres que tus enemigos no tienen razones usa todas las armas, hasta las más innobles.
- Es el tiempo el enemigo de los hombres. Apaga la tele, afila tus uñas, baja a la calle.
- Ama, que algo queda.
16) ¿Te consideras un poco más culpable de la tala de árboles ahora que has publicado?
Me siento más culpable cuando, en lugar de un eterno plato de cerámica, me como los pistachos sobre una servilleta de celulosa.
17) Cuéntanos alguna pesadilla que hayas tenido en relación al libro.
Merlín, en Excálibur dijo: “Desgraciadamente, la perdición de los hombres es el olvido”.
Las pérdidas. A veces tengo una buena idea y luego la olvido, como un mechero que no sabes dónde lo has dejado. Quizás inducido por tu propia pregunta, ayer tuve un sueño: escribía tres o cuatro páginas de una sola tacada. La mano me dolía pero las palabras seguían surgiendo, atronadoras. Ostia, fue tan vívido que cuando desperté pensé que la noche anterior realmente había escrito esas cuatro páginas. Pero fue un sueño, y las palabras se desvanecieron.
18) ¿Qué otros usos secretos (pasados, presentes o futuros) aparte de los aquí señalados tiene Antigua Vamurta?
Una vez leído o medio leído el libro, puede servir como mata mosquitos en verano, puesto que tiene un cierto peso. Igualmente, si tienes ahí una estantería baratita de Ikea, ese blanco reluciente puede ser matizado con los ocres de Vamurta. Hermosa imagen en tu cuarto. En un plano horizontal, puede ser útil para cortar nanas y cebollas, en uno vertical, para despertar sonrisas, y en diagonal puede lograr que tu sección de libros “pendientes de lectura” quede, por fin, encajada y las novelas dejen de moverse cada vez que la pareja que vive encima de ti se pongan a buscar su primer hijo, que no llegará, puesto que ella se ha puesto un DIU y no le ha dicho nada a él, que cree que sus espermatozoides son de la subclase “hoy no me puedo levantar, el fin de semana lo paso fatal”. Y puestos a ser prácticos, también tiene el uso de ordenar las cartas de amor que recibes. ¡Ah! Pero si hace años que no recibes ninguna y tu buzón es un tragaperras de recibos bancarios. Si es así, ha llegado el momento de hacerte preguntas o pasar a la siguiente.
19) Si apuñalásemos tu libro en un ritual satánico tras verter sangre de gaviota sobre él, ¿qué crees que ocurriría?
Nunca, nunca debes hacer eso. ¿Te imaginas lo que ocurriría en tu dormitorio, en el propio comedor de tu hogar si, de repente, cobran vida los hombres rojos, los sufones, los grises y los vesclanos, traspasan la prisión de la realidad y campan como el mismísimo Mío Cid por las llanuras de tu cocina y vacían tu nevera, ya de por si un auténtico páramo pues es sabido que los poetas pasean mucho y comen poco? Todo lo que has hecho, al garete. Tu vida se transformaría en una larga y angustiante epopeya. Serías, casi, como Dasteo.
20) Pregunta comodín: desahógate a gusto y empápanos de tu sabiduría revelando cuál es el sentido de la vida para ti.
El primer sentido de la vida es pasar. Quiero decir, estar aquí. Lo que no deja de ser un éxito. Mientras estás, hay deseo. Y el deseo puede hacer que hagas cosas.
El otro día, bueno, hace casi un año, charlaba con una de mis hermanas. Dijo una cosa que me llamó la atención. Hablábamos de proyectos. Y ella dijo: «lo importante es tener proyectos. Ver como progresas. Eso es lo que te hace feliz, sentir que avanzas».
Muchas gracias por tu colaboración Igor. Esperamos haber estado a la altura. Un abrazo.
Hallo, en fin, que ser muerto en la memoria / del mundo es lo mejor que en él se asconde,/
pues es la paga de él muerte y olvido.
Ya tenías razón, ya. Pero con tus preguntas, has hecho divertido y ameno el olvido. Gracias a ti, camarada.