Poeta y basura

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“En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que solo espera que regrese la vida”.

viernes, 12 de marzo de 2010

Miguel Delibes, santo inocente

Yo entiendo que la medicina ha prolongado nuestra vida, pero no nos ha facilitado una buena razón para seguir viviendo. Hasta ahora nuestra vida se ha alargado para poder quejarnos más tiempo de la artritis, la sordera y el lumbago. Para poco más. Me horrorizan los quejicas que pretenden hacer de sus males el eje del mundo. La artritis reumatoide no es una broma, claro, pero ¿qué puedo hacer? Aguanto y soporto los días, uno tras otro, todos iguales. No deseo más tiempo; doy mi vida por vivida. No existe la felicidad. A lo largo de la vida hay briznas de dicha que se deshacen como las pompas de jabón. Yo soy triste.
Miguel Delibes

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