¿Quién no busca lágrimas de barro y finales de cuento felices, respirar con ganas, dormir contento bajo las luces del cielo? ¿Quién no busca consuelo en un anzuelo dulce sin lágrimas, sin culpa? En un Edén marchito no crece nada; solo hay eco, árboles secos de esperanza con las raíces cortadas, tierra estriada, suspense esperando el momento; algunas veces el dolor se tendría que quedar dentro. Aún lo intento… dura fachada, débiles cimientos.
El día se termina con una prosa sombría. ¿Ves la aurora? ¿Quién tiene razón y quién razones delante de la balanza que pesa los corazones? Deja la poesía en la puerta; espera despierta, no hay prisa. Ella también puede dormir en una esfera; es patrimonio del insomnio, no de la primavera. Eterna búsqueda convertida en eterna espera.
Hoy recupero sensaciones que había perdido. Hoy recupero sensaciones; mañana volveré a perderlas si creo que existen buenas razones. Algo se va y no vuelve. El alma deja el nido. Háblame estrella fugaz, Luna serena haz que merezca la pena seguirte la estela, que vivo en un mundo de deudas e ideales rotos.
Las secuelas pueden disimularse en un mar de canela donde las ideas van a la deriva sin nadie que las escriba. ¿Quién no quiere ser querido?
Juaninacka - La teoría del caos
Hola,
ResponderEliminarExcelente prosa poética. Vaya, un gustazo. La mezcla de elementos incomprensibles en su símbolo y los elementos comprensibles le da un equilibrio cojonudo al texto.
El mensaje reúne lo que creo, pensamos muchos. Transitamos por un mundo marchito, con la poesía en la puerta y los ideales por ahí, flotando sin que nadie los pesque.
Veo la aurora, la veo.
Un saludo.