¡Qué grande el final! Reconozco que al principio de este cortometraje, uno piensa "bueno, dada la situación que se presenta, el diálogo está bien hecho y la actuación no es del todo mala; pero no deja de ser típico español". Sin embargo, el gran sorpresón del final te saca unas cuantas carcajadas. Me encanta el humor surrealista, como cuando dirigí "El abanico de Lady Windermere", de Oscar Wilde, y en medio del cuarto acto, en un diálogo muy aburrido, decidimos sacar a escena por la puerta a un gran dragón chino para que el mayordomo, armado con una AK-47 y una bandera yanki al cuello, lo matase vilmente.
¡Tres hurras por el surrealismo!
¡Tres hurras por el surrealismo!
Me parece un corto buenísimo, aunque (será por el momento en que lo veo)no me parece ni surrealista, ni me hace reír.
ResponderEliminarGracias por presentarlo. Me parece genial.
Un abrazo.