domingo, 11 de marzo de 2012

Cantores

Canción pera una noche llena de luna. Las mieles del éxito tienen su precio, como el deseo de ser piel roja. ¿Pagarlo? No cabe duda. Salve.

Ojalá que los cielos te den su favor
y, si crees en un dios, te crea:
las palabras que pueden hacer comprender
hacen daño y hay que ir a por ellas.

Cuando la dignidad es un Judas traidor
y la paz una falsa moneda,
no queda más remedio que agarrar el timón
o naufragar en esta tormenta.

Sostendré esta canción hasta que la verdad
me derrote y me cierre los labios.
Entonces mi soledad será profunda y cruel
y pondré mi guitarra en tus manos.

Es sencillo cantar por cantar, y cantar
escondiendo sonrisas a medias.
Es muy fácil cantar sin mancharse y triunfar
como un simple muñeco de cuerda.

Están comprando conciencias como mineral:
combustible de tumbas abiertas.
Es más fácil obedecer a un general
que saber a qué pueblo condena.

Sostendré esta canción hasta que la verdad
me derrote y me cierre los labios.
Entonces mi soledad será profunda y cruel
y pondré mi guitarra en tus manos.


Loquillo y Gabriel Sopeña


1 comentario:

  1. Y cómo llegan las palabras y las sintaxis directas. Queda la imagen de la tormenta. El que sucumbre —¡esos ánimos traidores!—, pasa a formar legión de olvidos.
    Saludos.

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