jueves, 1 de septiembre de 2011

Travesía por el interior

I

Al asomarme pícaro donde nunca debí,
vi pozos burbujeantes y bravos mares.
Mezquinos, volaban cuervos a decenas,
apretando sus plumajes negros.

Atrás quedaron sueños y quimeras,
todo lo que un día fui y que ya
nadie recuerda. Por delante, sigue
el oleaje con su eterno mecer;
sigue como siempre estuvo
y no creo que pare.

II

Veo cuevas mugrientamente naturales,
riscos que asesinan, acantilados enfadados
y, ¿en el cielo?, no hay cielo; solo sombras
que engullen.

Veo valles, montañas y volcanes miles,
tierra estriada, escarcha y flores tristes.
Las pisadas ya estaban hechas de antes,
prendían por sí las hogueras violentas
para dar calor a mis pies fríos.


III

Sigo esperando la emoción de los sustos,
acariciar un perro extraviado que me dé cariño
y ser vencido.

Sigo esperando voces que fracasan,
ocasos de colores muertos,
correr hasta el olor de casa
y caminar sin que me pregunten

dónde.

IV

Trastocado, consciente pero decidido,
salgo en busca de nuevos vientos.


Nítsuga Sotso Anibor © Todos los derechos reservados

6 comentarios:

  1. Genial! ( no dejo comentario porque sería demasiado largo y hoy estoy de un vago que no veas...)
    ;)

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  2. ¡Expansión! Menduo oxímero este de trastocado-decidido. Me ha encantado el número III, el pastor a la búsqueda de estrellas. Correr hasta el olor de casa...
    Saludos.

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  3. A mí también me ha gustado el III. Muy bueno esto último. Está bien seguir y cambiar a pesar de todo; esperar, no conformarse ni acostumbrarse...

    Buena suerte en la búsqueda de tus nuevos vientos!

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  4. ¿Se puede ser más romántico? Del siglo XIX te has caído hoy.

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  5. Como evolucionando, acabando por salir a buscar nuevos vientos...

    Saludos.

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