viernes, 4 de noviembre de 2011

Cronocidio

Cerróse en ciernes el firmamento
por la migración de estrellas:
¿palpó la marcha? ¿Susurró la boca?
Con así, solas las calles, caliente
la espera, nadie se atrevía
a preguntar.

Ya se saben las historias
recelosas de secretos…
¡amén a tanta prisa! ¡Voz
atada! ¡Cólera naciente!
¡Verdugo hastío! ¡Desidia —¿dónde
estás?—
ley eres! Y, al final, suave…
suave brisa.

Pequeño, exiguo pozo de deseos:
¿qué lo es todo y nada es?
Rota, confusa, ¡oh preciosa vorágine
de lamentos! Lava mis heridas,
sécalas al viento.


Una, dos, tres…
infinitas, testarudas olas
acarician lo que no tienen:
eterno abrazo, patria propia.
Dime, ¿confía el desierto más desierto
en la bondad de la tormenta?

Reloj apuñalado,
horas muertas.


Nítsuga Sotso Anibor © Todos los derechos reservados

5 comentarios:

  1. Me quedo con el Reloj apuñalado, horas muertas. ;)

    Interesante tu selección musical de la radiolina! xD

    Besos.

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  2. "Una, dos, tres…
    infinitas, testarudas olas
    acarician lo que no tienen:
    eterno abrazo, patria propia.
    Dime, ¿confía el desierto más desierto
    en la bondad de la tormenta?"
    Muy bueno el cronocidio.

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  3. Muy intenso...

    Por cierto soy Pérfida.
    Un saludo coleguita.

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  4. EL desierto deberia pensarselo mas veces, la tormenta no tiene bondad..

    Salud-os

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